Franck Bériat
(Jean-Yves Bourgeois) es un duro y experimentado policía. Durante el desarrollo
de su trabajo es habitual que recurra a confidentes que le aporten pistas o
detalles que ayuden en sus investigaciones. Una de estas colaboradoras es Sonia
(Fanny Escobar), una prostituta que suele aportarle información. Sin embargo en
esta ocasión es ella la que aterrorizada acude en busca de Franck solicitando
ayuda. Le cuenta que teme por su vida, que esta siendo perseguida y amenazada
por un sádico proxeneta. El policía se compromete a investigarlo, pero no le da
tiempo, al día siguiente Sonia aparece brutalmente asesinada. Movido por la ira
y un sentimiento de culpa Franck inicia una persecución para atrapar al
proxeneta culpable de la muerte, hasta que consigue detenerlo. Ya esposado, el
detenido empieza a insultar y amenazar al protagonista, que permanece
impasible, pero entonces empieza a recrearse contando como disfrutó sometiendo
a un gran dolor y sufrimiento a la pobre chica antes de matarla. Ante estas palabras
Franck no consigue refrenar su odio y desprecio y le dispara a sangre fría,
matándolo en el acto.
Tras pasar unos
años encarcelado, Franck consigue la libertad, sin embargo está condenado al
ostracismo. Se convierte en un tipo rudo y solitario que para ganarse la vida y
poder aprovechar su amplia experiencia como investigador, decide convertirse en
un detective privado, sin licencia y al margen de la ley. Acepta todo tipo de
casos de gente que prefiere resolver sus asuntos sin llamar a la policía y que
son generosos pagadores.
Y así
transcurre algún tiempo hasta que el personaje de Camille (Marie Delmas)
aparece en su vida. Camile desea contratar sus servicios para encontrar a
Patricia, su hermana menor desaparecida un año atrás. Franck al principio se
muestra reacio, pero la chica insiste, le cuenta que su hermana es una buena
chica que tomó decisiones equivocadas que la metieron en la prostitución y
muestra su desesperación cuando confiesa que está convencida de que su hermana
ha sido asesinada y que sabe a ciencia cierta que el culpable es Eric Bando
(Xavier Perez), un salvaje asesino que disfruta torturando hasta la muerte a
sus victimas. Franck quizás movido por el sentimiento de culpa de su pasado,
acepta el caso.
Franck no tarda
en dar caza al despreciable de Eric, pero ese solo será el inicio de una
batalla sin cuartel contra un grupo mafioso y criminal dirigido por Antek Bando
(Emmanuel Bonami) hermano de Eric. Franck tendrá que recurrir a toda su
experiencia para enfrentarse a esta banda que irá sembrando de victimas todo su
recorrido en busca del detective.
“Revanche” ha
sido escrita por el también protagonista Jean-Yves Bourgeois y por Stéphane
Roquet, que además es el director de la película. Roquet es más conocido como
actor, apareciendo en pequeños papeles de algunos populares films como “Los
Infieles” o “Crimen de amor”, siendo este su primer largo como director tras
varias exitosas experiencias en el campo del cortometraje.
Roquet, que
también se ha encargado de la fotografía, ha conseguido crear una cinta de un
ritmo muy rápido, para ello, a parte de unos diálogos atropellados, a utilizado
un montaje ágil, concentrando multitud de tomas de exigua duración y planos
detalles que recuerdan mucho al estilo de Fincher en “Seven”, pero que aportan
dinamismo y originalidad y que además resultan muy útiles para mostrarnos
algunos detalles escabrosos sin necesidad de recrearse en ellos pero con igual
impacto.
El equipo
actoral muestra una convincente actuación, los personajes, extremos todos
ellos, son desarrollados con profesionalidad, aportando en su actuación
perfiles bien definidos y resultando creíbles y perfectamente integrados en la
historia.
La cinta
podríamos englobarla dentro del genero de acción /policíaca y como tal incluye,
un buen número de peleas, persecuciones, tiroteos, explosiones, etc. A cargo de
estas secuencias ha estado Laurent Rosier, que ha coordinado la acción junto a
Romain Canonne, coreógrafo de lucha y
especialista y Frans Boyer, experimentado actor y también especialista. Todos
ellos han obtenido un loable resultado consiguiendo aportar a la película las
escenas de acción necesarias con una correcta ejecución.
No podemos
olvidar lo meritorio que resulta acometer una película de acción pura contando
para ello con un minúsculo presupuesto. Las dificultades técnicas para decorar
la película con escenas espectaculares se hace sumamente complicada y es la
creatividad y el esfuerzo de sus autores la que consigue suplir la falta de
dinero. Prueba de ello es la enorme cantidad de planos que incluyen efectos
digitales pirotécnicos, tiroteos e impactos, que si bien no son perfectos,
consiguen su propósito a un nivel superior del que últimamente estoy viendo en
algunas series y películas USA con presupuestos aplastantemente superiores.
El trabajo y
entusiasmo que se vislumbra en todos los miembros del equipo técnico y
artístico de esta película independiente, han logrado conseguir un film
entretenido, de buen nivel y que resulta interesante ver.
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