miércoles, 23 de septiembre de 2015

Ciclo NIAFFS 2015. Tercer Grado

La novena cinta elegida ha sido "Tercer Grado"





La acción de “Tercer Grado” se desarrolla en un fin de semana, el primero en libertad de Mark Rodriguez (Jesús Lloveras) tras pasar cinco años en prisión. Mark, ha crecido en un barrio conflictivo y la pérdida de su padre siendo muy joven influyó para dejarse atrapar por un mundo de dinero fácil como es la delincuencia y el tráfico de drogas. Lo que para él resultaba una actividad inocua y muy lucrativa se convierte por circunstancias accidentales en el motivo que lo enviará a prisión.

Mark se despierta por la mañana. Se encuentra caído en el suelo junto a su coche en el aparcamiento de un local de alterne, tras pasar, por  lo que se deduce, una noche de alcohol y sexo en el que ha pretendido desquitarse de sus años en la carcel. Parece no recordar demasiado de la fiesta pasada y descubre que en el asiento trasero de su coche aún permanece dormida la joven y atractiva stripper con la que ha completado la noche, Mia (Sara Casasnovas). Tras una conversación algo tosca en la que Mark no trata a la joven de forma demasiado respetuosa, accede a acercarla a la cuidad.

Mark entonces decide visitar a su hermano Toni (Javier Beltrán) en un intento de hacer las paces rogando el perdón de éste. Sin embargo Toni, que se encuentra en una situación límite y está a punto de ser desahuciado de la casa familiar donde crecieron juntos, no lo ha perdonado ni tiene ninguna gana de verlo, de manera que se inicia una discusión en la que le recrimina su pasado egoísta y criminal, que destrozó a su familia, y el haberlo dejado solo en el momento en que más lo necesitaba, cuando su madre enfermó de cáncer.

Tras ser expulsado de la casa por su propio hermano, Mark recoge de nuevo a Mia en su coche y la acerca a un bar de un centro comercial donde también trabaja los fines de semana. Allí observa el trato vejatorio al que su jefe la somete, lo que empieza a despertar ciertos sentimientos de afecto y comprensión hacia ella.

Cuando abandona el local, es testigo de un espectacular robo a un furgón blindado por parte de una pareja  de profesionales atracadores. Lejos de amedrentarse Mark ve en esta acción una oportunidad, la posibilidad de resarcirse del turbio pasado y de compensar a los que ha hecho daño, la ocasión de aplacar el horrible remordimiento de culpa que le asfixia. De modo que comienza una persecución con un objetivo en mente, quitar a los atracadores el botín robado.

A partir de ese instante se precipitan una serie de acontecimientos en los que también se verá involucrada Mia, el los que Mark tendrá que echar mano de todo su ingenio y valor para intentar hacerse con el dinero, evitar a la policía y salir vivo y ha tiempo de volver a la cárcel antes de que termine su permiso penitenciario.

“Tercer Grado” es el primer lago como director de Geoffrey Cowper tras una amplia experiencia en el cortometraje. Cowper junto al actor protagonista Jesús Lloveras han escrito la historia y además, tras cansarse de buscar financiación, se armaron de valor y decidieron producir ellos mismos el proyecto. Y no lo han hecho nada mal.

La película cuenta con un guión inteligente, con un magnífico desarrollo y un ritmo perfecto. La dirección ha sido excelente aportando unos movimientos de cámara, composición de planos y equilibrio en el montaje de una gran calidad y efectividad. Un trabajo preciso y perfectamente  apropiado.

La interpretaciones han sido admirables, tanto Lloveras como Casasnovas nos ofrecen unos personajes muy bien definidos, con profundidad y llenos de matices. Lloveras nos logra cautivar con un antihéroe en busca de redención, necesitado de afecto, que no dudará en sacrificarse a si mismo para ello y por el que no podemos evitar sentir afinidad. Casasnovas por su parte nos transmite un personaje vulnerable y afectivo, victima de las circunstancias que le ha tocado vivir y que comparte muchos sentimientos con el protagonista. Unos personajes complejos, fascinantes y de gran atractivo que la pareja ha sabido dar vida con franqueza y naturalidad.

En el mismo sentido, todo el departamento técnico, ha estado a la altura. Tanto la fotografía de Gil Ventura, el departamento de sonido, efectos, maquillaje, vestuario, arte, todos ellos han logrado realizar con un trabajo compacto, sin fisuras, y uniforme, perfectamente adecuados y al servicio de la historia, que dan como resultado un producto redondo y de una gran calidad.


Me ha sorprendido muy gratamente esta película, en la que con un presupuesto muy ajustado, 37 días de rodaje y grandes dosis de talento, nos ofrecen un film, que sin ser perfecto, queda en un nivel muy elevado. Es fácil augurar, viendo el trabajo realizado, que el futuro de los creadores, técnicos y artistas de esta cinta asegura ser muy prometedor. Habrá que seguirlos.

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