En
esta ocasión nos introducimos en un complicado y trepidante día en la vida de
Diosdado Reyna o Dodo como todos conocen, interpretado por Adrián Vázquez. Dodo
es un investigador de la policía al que todos consideran algo “corto de
alcance” pero que tiene un carácter decidido y sobre todo íntegro. En este
momento se encuentra en plena investigación del secuestro de una niña. Durante
sus pesquisas no tardará en verse envuelto en una enmarañada red de traiciones,
mentiras y corrupción que afectan a todo en lo que él confiaba como honrado y honorable.
Dodo tendrá que valerse de su habilidad como luchador y de su perseverancia
para encontrar y rescatar a la niña enfrentándose a multitud de enemigos que se
lo pondrán muy difícil.
La
película ha sido escrita y dirigida por Luis Ayhllón. Este autor y creador
mejicano, residente en Ginebra es posiblemente uno de los dramaturgos mejor
considerados de su país y más representativos de su generación . Con sus obras
ha acumulado un sin fin de importantes galardones y ha reavivado e innovado la
escena teatral. En esta ocasión se embarca, a parte de escribir, en la
dirección en la que representó su opera prima, y hay que reconocer que supera
con nota su primera experiencia tras la cámara.
Ayhllón
nos ofrece una película con una historia original, atrevida y divertida, con un
magnífico ritmo y regalándonos unos diálogos frescos, ingeniosos y
tremendamente sugestivos, que pese a poder rallar en el surrealismo no dejan de
ser , por desgracia, posibles. Una apuesta arriesgada por parte de Ayhllón, que
a mi entender ha conseguido un producto de gran calidad, ágil, novedoso y
altamente recomendable. Un agradable soplo de aire fresco entre tanta monótona
repetición de productos fotocopiados de factoría, de grandes presupuestos y
cero contenido.
La
historia, pese a su tono cómico, no deja de aportar ironía y denuncia hacia una
sociedad que ha acepado como cotidiano la corrupción y la delincuencia y que
tras la impotencia de posicionarse en su contra, convive con ello asumiéndolo con
la mayor normalidad, llegando a perpetuarse en el tiempo como una forma
correcta y acertada de vivir.
Las
excelentes interpretaciones de todos los peculiares personajes de esta historia,
que son la esencia del film, se van sucediendo con genialidad y arropan de
forma ejemplar la magnifica interpretación de Adrián Vázquez. Vázquez está simplemente
fantástico, dotando a su personaje de
una humanidad, ternura, integridad y tenacidad, con el que resulta complicado
no empatizar, todo ello además, envolviéndolo con una fina y estupenda dosis de
humor.
La
cinta está aderezada con la música de Carlo Ayhllón, hermano del director y
reconocido compositor con amplia experiencia en cine y documentales. La
partitura se integra perfectamente y colabora con talento para integrar al
espectador en la trama de la historia.
Para finalizar, debo confesar que estoy ante una de las películas más inteligentes y
divertidas que he visto últimamente. Un
film que me ha mantenido entretenido y ensimismado durante sus casi 90 minutos.
Un ejemplo de lo que se puede hacer con poco dinero y mucho talento y una
muestra para jóvenes creadores de que hay otras formas de hacer cine, mucho más
creativas y originales, fuera de los encorsetados y odiosos esquemas de la gran
industria.
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